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INTRODUCCION
El tejido óseo forma la mayor parte del esqueleto (*), el armazón que soporta nuestro cuerpo y protege nuestro órganos y permite nuestros movimientos. De gran robustez y ligereza, el sistema óseo es un tejido dinámico, continuamente en fase de remodelización. La osteología es la ciencia que estudia la estructura, funciones y patologías óseas.
FISIOLOGÍA DEL SISTEMA OSEO
Las funciones básicas de los huesos y esqueleto son:
- Soporte: los huesos proveen un cuadro rígido de soporte para los músculos y tejidos blandos.
- Protección: los huesos forman varias cavidades (*) que protegen los órganos internos de posibles traumatismos. Por ejemplo, el cráneo protege el cerebro frente a los golpes, y la caja torácica, formada por costillas y esternón protege los pulmones y el corazón.
- Movimiento: gracias a los músculos que se insertan en los huesos a través de los tendones y su contracción sincronizada, se produce el movimiento.
- Homeostasis mineral: el tejido óseo almacena una serie de minerales, especialmente calcio y fósforo, necesarios para la contracción muscular y otras muchas funciones. Cuando son necesarios, el hueso libera dichos minerales en la sangre que los distribuye a otras partes del organismo.
- Producción de células sanguíneas: dentro de cavidades situadas en ciertos huesos, un tejido conectivo denominado médula ósea roja produce las células sanguíneas rojas o hematíes mediante el proceso denominado hematopoyesis.
- Almacén de grasas de reserva: la médula amarilla consiste principalmente en adipocitos con unos pocos hematíes dispersos. Es una importante reserva de energía química.
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ESTRUCTURA
Estructuralmente,
el esqueleto consiste en unos 200 huesos formados por tejido óseo, cartílagos,
médula ósea y el periostio o membrana que rodea los huesos. Los huesos se clasifican según si forma en huesos largos, huesos cortos, huesos planos y huesos irregulares (*). pero también según el tipo de tejido que los componen: el tejido compacto tiene un aspecto macizo, mientras que el tejido esponjoso o trabeculado se caracteriza por los espacios abiertos parcialmente rellenos
Aspecto
macroscópico de un hueso largo
La estructura
de un hueso largo, como el húmero, es la siguiente (*) :
- Diáfisis:
la parte alargada del hueso
- Epífisis:
estremos o terminaciones del hueso
- Metafisis:
unión de la diáfisis con las epífisis. En el hueso adulto esta parte
es ósea, siendo cartilaginosa en la fase del desarollo del mismo.
- Cartílago
articular: es una fina capa de cartílago hialino que recubre la
epífisis donde el hueso se articula con otro hueso. El cartílago reduce
la fricción y absorbe choques y vibracciones.
- Periostio:
membrana que rodea la superficie del hueso no cubierta por cartílago.
Esta compuesta por dos capas (*):
- La
capa exterior fibrosa formada por un tejido conjuntivo denso e
irregular que contiene los vasos sanguíneos, vasos linfáticos
y nervios que pasan al hueso.
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La capa osteogénica contiene células óseas de varios
tipos, fibras elásticas y vasos sanguíneos
El periostio
es esencial en el crecimiento óseo, en su reparación y en su nutrición.
También constituye el punto de inserción de ligamentos y tendones
- Cavidad
medular: es un espacio cilíndrico sitiuado en la parte central
en la diáfisis que en los adultos contiene la médula ósea amarilla
- Endostio:
la cavidad medular está tapizada por el endostio, una membrana que
contiene las células osteoprogenitoras
Como
otros tejidos conjuntivos, el hueso o tejido óseo está
constituído por una matriz en la que se encuentran células dispersas.
La matriz está constituída por 25% de agua, 25% de proteínas y 50%
de sales minerales. Además, hay cuatro tipos de células:
- Celulas
osteoprogenitoras: son células no especializadas derivadas
del mesénquima, el tejido del que derivan todos los tejidos conjuntivos.
Se encuentran células osteoprogenitoras en la capa interna del
periostio, en el endostio y en los canales del hueso
que contienen los vasos sanguíneos. A partir de ellas se general
los osteoblastos y los osteocitos
- Osteoblastos:
son células que forman el tejido óseo pero que han perdido la
capacidad de dividirse por mitosis. Segregan colágeno y otros
materiales utilizados para la construcción del hueso. Se encuentran
en las superficies óseas y a medida que segregan los materiales
de la matriz ósea, esta los va envolviendo, convirtiéndolos en
osteocitos
- Osteocitos:
son células óseas maduras derivadas de los osteoblastos
que constituyen la mayor parte del tejido óseo. Al igual que los
osteoblastos han perdido la capacidad de dividirse. Los osteocitos
no segregan materiales de la matriz ósea y su función es la mantener
las actividades celulares del tejido óseo como el intercambio
de nutrientes y productos de desecho.
- Osteoclastos:
son células derivadas de monocitos circulantes que se asientan
sobre la superficie del hueso y proceden a la destrucción de la
matriz ósea (resorción ósea)
Las
sales minerales más abundantes son la hydroxiapatita (fosfato
tricálcico) y carbonato cálcico. En menores cantidades hay hidróxido
de magnesio y cloruro y sulfato magnésicos. Estas sales minerales
se depositan por cristalización en el entramado formado por las
fibras de colágeno, durante el proceso de calcificación o
mineralización.
El
hueso no es totalmente sólido sino que tiene pequeños espacios entre
sus componentes, formando pequeños canales por donde circulan los
vasos sanguíneos encargados del intercambio de nutrientes. En función
del tamaño de estos espacios, el hueso se clasifica en compacto
o esponjoso.
Hueso
Compacto (hueso cortical)
Constituye
la mayor parte de la diáfisis de los huesos largos así como de la
parte externa de todos los huesos del cuerpo. El hueso compacto
constituye una protección y un soporte. Tiene una estructura de
láminas o anillos concéntricos alrededor de canales centrales llamados
canales de Havers que se extienden longitudinalmente (*). Los
canales de Havers están conectados con otros canales llamados canales
de Volkmann que perforan el periostio. Ambos canales son utilizados
por los vasos sanguíneos, linfáticos y nervios para extenderse por
el hueso. Entre las láminas concéntricas de matriz mineralizada
hay pequeños orificios o lacunae donde se encuentran los
osteocitos. Para que estas células puedan intercambiar nutrientes
con el líquido intersticial, cada lacuna dispone de una serie de
canalículos por donde se extienden prolongaciones de los
osteocitos. Los canalículos están conectados entre sí y, eventualmente
a los canales de Havers.
El conjunto de un canal central, las láminas concéntricas que lo
rodean y las lacunae, canalículos y osteocitos en ellas incluídos
recibe el nombre de osteón o sistema de Havers. Las restantes
láminas entre osteones se llaman láminas intersticiales. |
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Hueso esponjoso
A diferencia del hueso compacto, el hueso esponjoso no contiene osteones, sino que las láminas intersticiales están dispuestas de forma irregular formando unos tabiques o placas llamadas trabéculas (*) Estos tabiques forman una estructura esponjosa dejando huecos que están llenos de la médula ósea roja. Dentro de las trabéculas están los osteocitos que yacen en sus lacunae con canalículos que irradian desde las mismas. En este caso, los vasos sanguíneos penetran directamente en el hueso esponjoso y permiten el intercambio de nutrientes con los osteocitos.
El hueso esponjoso es el principal constituyente de las epifisis de los huesos largos y del interior de la mayor parte de los hueso. |